El origen de Marruecos

Marruecos tiene una historia muy antigua. Los primeros hallazgos humanos se remontan al 315.000 a.C., y lo que ahora es Marruecos, una de las regiones más secas del mundo, en esa época se asemejaba a una sabana con suelos mucho más fértiles.

Unos 5.000 años antes del año 0, varias poblaciones emigraron desde el Medio Oriente, formando las familias ancestrales de los bereberes, que posteriormente se extendieron por toda el área mediterránea. Durante estudios de ADN se descubrió una interesante similitud genética entre los bereberes y los saamis del área escandinava. Este descubrimiento respalda las teorías de la migración bereber a Europa del norte antes de la última glaciación. La repoblación de esas regiones podría atribuirse a esta migración inesperada.

Años tumultuosos desde las dinastías árabes hasta el protectorado europeo

Fenicios, romanos, vándalos y bizantinos se establecieron en el área correspondiente a Marruecos y Mauritania, sucediéndose a lo largo de los siglos hasta el 788 d.C., cuando la primera dinastía árabe tomó el control de la región. Fueron los idrisíes quienes convirtieron a los bereberes al islam y fundaron Fez, un importante centro cultural, religioso y comercial.

Tras los idrisíes, varias dinastías gobernaron Marruecos, incluyendo a los almorávides, almohades, meriníes, watasíes, saadíes y finalmente los alauíes. Como fenómeno recurrente en la historia, entre 1700 y 1800, hubo interés en nuevos territorios para convertir en colonias. Francia y Gran Bretaña fueron las primeras en llegar. Más tarde, el sultán marroquí, en un intento de reclamar los territorios de Ceuta y Melilla, incurrió en gastos significativos en guerras. Francia luego ocupó el territorio marroquí para contrarrestar el poder español. En 1912, Marruecos se convirtió oficialmente en una colonia francesa después de que el sultán Abd al-Hafz aceptara los términos del protectorado. Esta decisión llevó a numerosas revueltas que terminaron con la abdicación del sultán, sucedido por su hermano Yusef ben Hassan.

Marruecos pronto fue invadido por miles de franceses que comenzaron la reorganización de los territorios. Sin embargo, el área fue dividida entre los protectorados francés, español e internacional de Tánger. Este período estuvo marcado por enfrentamientos sangrientos, y el control ejercido por las potencias europeas a menudo se limitaba a las ciudades, con varias insurrecciones originadas en áreas rurales. Para sofocar estas revueltas, se desplegaron numerosos ejércitos y armas, lo que resultó en un alto número de víctimas.

La época moderna

El movimiento independentista comenzó en 1943 con la fundación del partido nacionalista Istiqlal. El partido obtuvo apoyo de la comunidad árabe y del sultán exiliado. Marruecos buscó apoyo de Estados Unidos y Gran Bretaña, pero Francia prefirió un enfoque diplomático, lo que llevó al reconocimiento de la independencia franco-española para Marruecos en marzo de 1956.

En 1955, el sultán Mohamed V regresó del exilio y recuperó el poder como rey. En 1961, el rey murió de un ataque al corazón y fue sucedido por su hijo Hassan II. Desde el principio fue evidente que la monarquía era débil y estaba en crisis. Para solidificar su papel, el rey adoptó una política de opresión violenta, lo que resultó en dos intentos de golpe de Estado. A principios de la década de 1970, comenzó la Marcha Verde, que implicó el traslado pacífico de la población a áreas con depósitos de fosfatos, de fundamental importancia para la economía del país. En 1981, el aumento de los precios de los productos básicos llevó a numerosas revueltas, que el rey nuevamente eligió reprimir violentamente enviando tanques a la población. Este episodio sangriento será recordado en la historia como la revuelta de Casablanca.

El Marruecos de hoy

El descontento y las protestas continuaron hasta el establecimiento de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación y una política de apertura. Tras la muerte de Hassan II en 1999, su hijo Mohammed VI ascendió al poder. Aliviar las tensiones entre el gobierno y la población marroquí fue uno de los pilares principales de la política del nuevo rey. Se fundó el Instituto de la Cultura Bereber y se aprobaron una serie de reformas llamadas Madawwanna para promover los derechos de las mujeres y la familia. El rey Mohammed VI se convirtió en el primer gobernante alauí en casarse con una ingeniera informática, Salma Bennani, quien más tarde fue nombrada princesa.

El comienzo del nuevo milenio demostró el deseo del pueblo marroquí de empoderar a los órganos elegidos como el parlamento y el gobierno. Hoy en día, Marruecos es gobernado por el rey Mohammed VI dentro de una monarquía constitucional, con el poder ejecutivo en el gobierno y el poder legislativo dividido entre el gobierno y las dos cámaras parlamentarias.